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La tendinitis de Aquiles o inflamación del tendón de Aquiles es otra de las lesiones de corredores típicas, en este caso está muy relacionada con aumentos de volumen sin planificación o el tipo de superficie por la que corremos. En este artículo hacemos un repaso a su origen, síntomas y cómo tratar la tendinitis aquilea o tendinopatia del Aquiles.

Al igual que otras lesiones que ya hemos tratado, como la periostitis tibial, la ‘rodilla del corredor’ o la fascitis plantar, la tendinitis de Aquiles suele asociarse a un aumento de la intensidad de la actividad, falta de estiramientos o mala técnica de realización de los mismos, entre otras causas. Hoy repasaremos con detalle qué es exactamente la tendinitis del Aquiles, cuales son sus causas y su tratamiento, y qué ejercicios existen para poder mejorar dicha lesión y tratar de librarnos de las molestias.

Qué es la tendinitis de Aquiles

La tendinitis de Aquiles se caracteriza por afectar a la zona muscular que une el talón con los músculos gemelos y el músculo sóleo (de hecho, la gran inserción de estos músculos es precisamente el tendón de Aquiles).

Como sucede con el resto de los músculos, este enorme tendón está recubierto por una capa llamada aponeurosis, cuya misión es proteger y nutrir al tendón. Sin embargo, existe un punto débil en este gran tendón, a escasos centímetros por encima del talón.

que es la tendinitis de aquiles
Qué es y por qué se produce dolor en el tendón de Aquiles.

La función del tendón de Aquiles es la flexión plantar del pie, aunque también participa ligeramente en la flexión de la rodilla. En carreras, este tendón aguanta fuerzas similares a la media tonelada, por lo que un terreno irregular o una mala postura pueden producir una lesión del mismo. De hecho, los saltos con dolor acompañante suelen ser el primer síntoma de una lesión de este tendón.

Por qué se produce la tendinitis aquilea y cómo prevenirla

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De forma similar a otras lesiones ligadas a los corredores, la tendinitis del Aquiles suele producirse debido al entrenamiento en superficies duras o al uso de un calzado poco adecuado. Asimismo, el aumento de la intensidad o frecuencia de entrenamientos también suele colaborar en la aparición de esta lesión.

Por otro lado, las acciones repetidas que conlleven la flexión del tendón de Aquiles (saltos, giros, aceleraciones o frenadas en seco) con gran intensidad, de forma excesivamente repetida, también pueden causar esta lesión deportiva. Por eso está lesión va más allá del running y no solo afecta a corredores, en deportes con estas características durante el juego también puede aparecer la tendinopatia de Aquiles, como el tenis o el pádel.

Finalmente, existen casos donde el intento de compensación de un arco plantar doloroso (como sería la fascitis plantar), o los traumatismos directos sobre la zona del tendón de Aquiles, así como el uso de tacones o la realización de entrenamientos en pendientes podrían aumentar el riesgo de tendinitis del Aquiles.

El síntoma típico de una tendinitis del tendón de Aquiles es el dolor en el talón y en la zona del mismo tendón, inicialmente durante la actividad física (al correr) y posteriormente incluso estando en reposo. Los movimientos de flexo-extensión del tobillo (intentar colocarse de puntillas por ejemplo) también provocarían dolor.

Causas y ejercicios para la tendinitis de aquiles
El tipo de terreno y la intensidad puede influir en la tendinitis de Aquiles.

La prevención de esta lesión se basaría en evitar los factores desencadenantes, sobre todo en cuanto a la superficie de entrenamiento se refiere (buscar superficies regulares y con una pendiente adecuada), el uso de un calzado adaptado las necesidades del corredor y el control sobre la intensidad y frecuencia de los entrenamientos.

Tratamiento para la tendinitis de Aquiles

Si a pesar de llevar a cabo una prevención adecuada, caemos en una tendinitis del Aquiles, es hora de llevar a cabo un tratamiento más invasivo tras un correcto diagnóstico de nuestra dolencia.

En el caso de una tendinitis del Aquiles, el tratamiento médico suele ser conservador, usando frío local (15-20 minutos máximo de hielo, dos o tres veces al día, siempre dentro de una bolsa o similar para no efectuar un contacto directo) en casos agudos o calor si se trata de una lesión crónica a largo plazo. Asimismo, es probable que se nos receten antiinflamatorios o analgésicos, los cuales no deben tomarse más de una semana en el caso de los antiinflamatorios.

Por otro lado, la fisioterapia (sobre todo masajes y estiramientos del tendón de Aquiles) también pueden colaborar en la recuperación.

Esta dolencia puede llegar a alargarse hasta 2-3 meses con un tratamiento adecuado, al cual debe asociarse un reposo relativo (jamás reposo absoluto). En los casos donde el dolor perdure hasta los 5-6 meses, es posible que se llegue a plantear una opción más invasiva, incluyendo la cirugía.

Ejercicios para aliviar la tendinitis del Aquiles

Además del tratamiento médico y la fisioterapia, existen algunos ejercicios a tener en cuenta para poder mejorar la sintomatología de la tendinitis del tendón de Aquiles:

Por un lado, de forma similar a la periostitis tibial, podemos llevar a cabo ejercicios de cuclillas sobre el sóleo, lo cual ayudará a mejorar tanto al músculo sóleo como a los gemelos, los tres músculos que juntos originan el tendón de Aquiles.

Por otro lado, podemos realizar ejercicios de descenso de talones con la pierna sana recta (en lugar de doblada como en la periostitis tibial).

Otro de los ejercicios a realizar es el ejercicio de equilibrio con un pie, cuyo objetivo es mejorar el tendón de Aquiles mediante la mejora del equilibrio del mismo. En este caso, con una sola pierna (la lesionada) y el pie en plano, flexionaremos la espalda y el torso hacia delante mientras elevamos la pierna sana hacia atrás, manteniendo la posición 10 segundos.

Asimismo, también podemos realizar estiramientos de los músculos gemelos y soleo. Uno de dichos estiramientos consistiría en colocarse frente a la pared con los brazos estirados y apoyados sobre la misma, con la pierna lesionada adelantada hacia delante y la sana hacia atrás, procurando formar una linea recta entre la pierna y el tendón de Aquiles lesionado y estirado durante unos segundos. También encontramos automasajes sencillos que nosotros mismos nos podemos realizar para la aliviar la lesión, así como estiramientos con foam roller para relajar el tendón de Aquiles.

Roberto Méndez
Médico de Familia. Especialista en Ciencias del Deporte, Nutrición Clínica y Nutrición Deportiva por el ICNS Instituto. Divulgo sobre ciencia y medicina en El Español, y sobre salud aquí, en Palabra de Runner. Sigueme en @RobertoMendez (Instagram) o @MedCiencia (Twitter / Facebook).

1 COMENTARIO

  1. Durante la práctica deportiva, sentí un pinchazo en la zona del tendón y tengo pequeñas molestias pero me permiten seguir corriendo y saltando. ¿Qué es más recomendable, visitar un fisioterapeuta o un médico?
    Gracias.

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